Por el equipo editorial | Agencia MANL
Atlacomulco, Estado de México.– El trágico accidente registrado esta mañana en la carretera federal Atlacomulco-Maravatío, donde un tren de la empresa Kansas City Southern de México impactó a un autobús de pasajeros proveniente de Herradura de Plata, dejó 10 personas fallecidas y 55 lesionadas, según cifras confirmadas por la Secretaría de Salud y la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM). Sin embargo, más allá de los anuncios oficiales, el hecho revela graves omisiones institucionales en materia de seguridad vial y ferroviaria.
El autobús salía de San Felipe del Progreso con destino a la Ciudad de México y fue impactado por la locomotora en un cruce carretero que durante años ha sido identificado como de alto riesgo por vecinos y transportistas de la región. La falta de barreras automáticas, señalización adecuada, vigilancia preventiva y medidas de coordinación entre la empresa ferroviaria y las autoridades estatales y municipales fue determinante para la tragedia.
La Secretaría de Infraestructura del Estado y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) han omitido la instalación de dispositivos de seguridad obligatorios en los cruces ferroviarios, contraviniendo las normas internacionales y los estándares básicos de protección ciudadana. El costo de esta negligencia fue pagado por 10 personas con sus vidas y decenas más con lesiones físicas y emocionales.
Si bien la FGJEM abrió una carpeta de investigación, lo cierto es que la impunidad en los accidentes ferroviarios es la regla y no la excepción. Ni Kansas City Southern ni las autoridades de movilidad suelen asumir responsabilidades más allá de indemnizaciones parciales, mientras que los compromisos de inversión en seguridad se posponen.
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