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sábado, 17 de febrero de 2024

Talentosos artesanos mexiquense elaboran meticulosamente piezas talladas en hueso y cuerno

 


La actividad cuenta con la participación de 79 maestras y maestros artesanos, todos ellos comprometidos con la tradición y la maestría en este noble oficio, bajo el respaldo del Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM).

CRONISTA

Toluca, Méx.- En las entrañas del Estado de México, una rica tradición artesanal perdura a lo largo de los siglos: el tallado de hueso y cuerno, una práctica ancestral que se remonta a la época colonial. Este oficio, que fusiona destreza, imaginación y respeto por la materia prima, encuentra su hogar en los talleres de 79 maestras y maestros artesanos, inscritos en el Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM).

Los talleres, dispersos en los municipios de San Antonio la Isla, Tianguistenco, Toluca, Tlalmanalco, Nezahualcóyotl y Chimalhuacán, son verdaderos santuarios donde la creatividad fluye con la destreza de manos expertas. Félix Mauro Arzate García y Margarita Graciana Morán Gonzaga, originarios de San Antonio la Isla, revelan el fascinante proceso detrás de las piezas talladas en hueso.

El ritual comienza con la cuidadosa selección de la materia prima. Para el hueso, el agua caliente se convierte en aliada, llevando al límite de ebullición la pieza para suavizarla y permitir la eliminación de cualquier residuo. Solo así se logra la pureza del material. En el caso del cuerno, la selección se guía por la forma, y con seguetas y lijas manuales, la pieza se esculpe y pulimenta con precisión.

Félix y Margarita, como muchos otros artesanos, demuestran su maestría al transformar estos elementos en verdaderas obras de arte. Las figuras decorativas y las piezas utilitarias, como percheros, son solo el inicio. La magia se desata al dar forma a los tradicionales accesorios: aretes, collares, pulseras y más, donde cada detalle cuenta una historia única.

El fémur de res, una materia prima singular, se somete a un proceso especial. Cortado por la mitad, se calienta y se aplana cuidadosamente hasta lograr un grosor uniforme. En este delicado ballet de manos expertas, la maquinaria cobra vida: caladoras, sierras de arco, seguetas y cuchillos se convierten en extensiones de la creatividad artesanal.

Botones, peinetas, abrecartas y artículos para la caza, entre otras creaciones, toman forma bajo el cuidadoso manejo de estas herramientas. Las piezas resultantes, ya sea pequeñas joyas o esculturas de mediano formato, llevan consigo el alma de quienes las moldearon. Así, el tallado de hueso y cuerno en el Estado de México no solo es una destreza manual, sino un testimonio vivo de una tradición que perdura, una obra de arte que trasciende el tiempo.


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