| Agencia MANL
Toluca, 22 de septiembre de 2025.- Cuando hace dos años Delfina Gómez asumió la gubernatura del Estado de México prometió priorizar justicia social, agua para las familias, atención médica accesible y seguridad. A partir de documentos oficiales, comunicados y testimonios de campo, el balance muestra avances concretos en programas sociales y en indicadores de seguridad, pero también omisiones persistentes —especialmente en gestión hídrica y suministros de salud— que mantienen en tensión a municipios del Valle de México.
LO QUE SÍ CUMPLIÓ
Entre los compromisos transformados en políticas públicas destaca la creación y despliegue del programa Mujeres con Bienestar, sucesor/alternativa al antiguo “Salario Rosa”, con operativo y portal oficial para inscripciones y trámites que presume cobertura estatal y apoyos a beneficiarias. La propia página del programa y comunicados del gobierno registran la operación y la entrega de apoyos a cientos de miles de mujeres.
En materia de seguridad, los boletines oficiales y la prensa señalan una reducción en delitos de alto impacto durante 2025 respecto a periodos previos. Reportes agregados citan disminuciones en homicidios dolosos, robos de vehículos y extorsiones en el primer semestre del año —datos que coinciden con la información disponible en bases oficiales de incidencia delictiva. No obstante, la caída estadística coexiste con una percepción ciudadana de inseguridad que no ha desaparecido.
También se impulsaron obras y proyectos de movilidad y se publicó el Plan Estatal de Desarrollo 2023–2029, documento marco que ordena metas y programas sectoriales.
A pesar de discursos y programas, hay dos omisiones que generan efectos inmediatos en la población:
SALUD PÚBLICA
Aunque la administración estatal reporta rehabilitaciones e inversiones, en la práctica persisten quejas por desabasto de medicamentos e insumos en unidades del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM). Reportes periodísticos y solicitudes en foros legislativos registran casos y denuncias; pacientes y personal señalan demoras, medicamentos caducos o faltantes, y saturación en hospitales en zonas de alta demanda. El problema no es exclusivo del Edomex pero impacta localmente en la capacidad real de atención.
Efecto: cirugías y tratamientos retrasados, pacientes que deben comprar medicamentos por su cuenta, reducción en la calidad percibida de la atención pública.
TESTIMONIOS
— “Llevamos tres días sin agua; vinieron con pipas, pero eso no alcanza para cocinar ni para bañarnos”, dijo una vecina de Ecatepec durante bloqueos reportados en mayo.
— Padres y estudiantes de la UAEMéx denunciaron falta de atención a demandas relacionadas con transparencia y condiciones en la universidad, lo que evidencia promesas pendientes en educación superior. Las movilizaciones de 2025 documentadas en prensa son una señal de la tensión entre el gobierno y la comunidad estudiantil.
¿QUIÉNES DEBEN RENDIR CUENTAS?
Comisión del Agua del Estado de México (CAEM): responsable operativa del suministro hídrico; aparece como principal actor ante fallas en infraestructura que provocan cortes masivos. Las reparaciones de emergencia y reparto de pipas se han usado como respuesta inmediata.
Secretaría de Salud / ISEM: responsable de la logística, abasto y la operación hospitalaria en el estado; sigue enfrentando quejas por faltantes de medicamentos e insuficiencia de insumos.
Secretaría de Seguridad / mesas de coordinación: si bien hay cifras oficiales favorables, corresponde a esta dependencia reducir la brecha entre la estadística y la percepción ciudadana mediante políticas de proximidad y comunicación.
A dos años, la administración de Delfina Gómez ha materializado programas emblemáticos y declara avances en seguridad; sin embargo, la agenda social se ve empañada por omisiones operativas en agua y salud, cuyos efectos son tangibles en hogares y en la confianza pública. Las respuestas han tendido a lo reactivo (pipas, parches logísticos) en lugar de la renovación estructural que demandan los sistemas hidráulico y sanitario del estado.
Aunque la administración estatal reporta rehabilitaciones e inversiones, en la práctica persisten quejas por desabasto de medicamentos e insumos en unidades del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM). Reportes periodísticos y solicitudes en foros legislativos registran casos y denuncias; pacientes y personal señalan demoras, medicamentos caducos o faltantes, y saturación en hospitales en zonas de alta demanda. El problema no es exclusivo del Edomex pero impacta localmente en la capacidad real de atención.
Efecto: cirugías y tratamientos retrasados, pacientes que deben comprar medicamentos por su cuenta, reducción en la calidad percibida de la atención pública.
TESTIMONIOS
— “Llevamos tres días sin agua; vinieron con pipas, pero eso no alcanza para cocinar ni para bañarnos”, dijo una vecina de Ecatepec durante bloqueos reportados en mayo.
— Padres y estudiantes de la UAEMéx denunciaron falta de atención a demandas relacionadas con transparencia y condiciones en la universidad, lo que evidencia promesas pendientes en educación superior. Las movilizaciones de 2025 documentadas en prensa son una señal de la tensión entre el gobierno y la comunidad estudiantil.
¿QUIÉNES DEBEN RENDIR CUENTAS?
Comisión del Agua del Estado de México (CAEM): responsable operativa del suministro hídrico; aparece como principal actor ante fallas en infraestructura que provocan cortes masivos. Las reparaciones de emergencia y reparto de pipas se han usado como respuesta inmediata.
Secretaría de Salud / ISEM: responsable de la logística, abasto y la operación hospitalaria en el estado; sigue enfrentando quejas por faltantes de medicamentos e insuficiencia de insumos.
Secretaría de Seguridad / mesas de coordinación: si bien hay cifras oficiales favorables, corresponde a esta dependencia reducir la brecha entre la estadística y la percepción ciudadana mediante políticas de proximidad y comunicación.
A dos años, la administración de Delfina Gómez ha materializado programas emblemáticos y declara avances en seguridad; sin embargo, la agenda social se ve empañada por omisiones operativas en agua y salud, cuyos efectos son tangibles en hogares y en la confianza pública. Las respuestas han tendido a lo reactivo (pipas, parches logísticos) en lugar de la renovación estructural que demandan los sistemas hidráulico y sanitario del estado.
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