Tultepec, tierra de tradición pirotécnica y tragedia perpetua

Por Redacción / Agencia MANL 

Tultepec, Méx.- En el corazón de México, Tultepec es venerado por su orgullo pirotécnico: produce más del 80 % de los fuegos artificiales del país y alrededor del 65 % de sus habitantes dependen de esta industria para vivir. Sin embargo, esta misma herencia cultural ha cobrado un alto precio con explosiones recurrentes en polvorines y talleres, tanto legales como clandestinos.

Las tragedias más sonadas han dejado una estela trágica. La explosión del mercado de San Pablito el 20 de diciembre de 2016 cobró 42 vidas y dejó más de 80 heridos, destruyendo cientos de puestos. En La Saucera, desde principios de 2025 se han reportado al menos seis muertes por estallidos. Esta situación se repite sin soluciones contundentes. El último suceso ocurrió el  pasado 12 de marzo dónde falleció el artesano Alejandro Cortés Urbán, "quien dedicó su vida al arte que da identidad a esta tierra", escribió un de la localidad que lo conocía.

Alejandro Cortés Urbán,  quien perdido la vida en la explosión reciente.

A pesar de existir alrededor de 300 polvorines autorizados por la SEDENA, se estima que al menos 150 operan sin regulación, muchos cerca de viviendas y escuelas, lo que multiplica el riesgo. Las inspecciones son esporádicas, y aunque la legislación federal cuenta con reglas para su cierre, la lentitud en su aplicación y la falta de recursos humanos eficientes dificultan su cumplimiento.

En este contexto, la responsabilidad recae en varios niveles. A nivel municipal, el actual alcalde Ramón Sergio Luna Cortés, quien gobierna ya por cuarta ocasión consecutiva desde 2003, ha defendido la tradición y el apoyo comunitario a la pirotecnia. Sin embargo, ha admitido públicamente que el municipio carece de facultades para clausurar talleres ilegales, limitándose a denunciar ante la SEDENA. Esa estrategia meramente reactiva ha permitido que los centros clandestinos operen sin restricciones. Asimismo, denuncias ciudadanas han cuestionado su gestión por fallos en materia de seguridad y falta de apoyo a vecinos que solicitan vigilancia en zonas vulnerables  .

Por su parte, la SEDENA tiene el mandato de inspeccionar y regular la operación de los polvorines, pero su presencia es escasa y sus protocolos, anticuados, lo que dificulta el control de lugares ilegales. A nivel federal, el Congreso mantiene estancada desde 2016 la iniciativa de una Ley Federal de Pirotecnia que establezca regulaciones claras, un organismo regulador y estándares de seguridad y profesionalización.

Tultepec sigue atrapado en una contradicción dolorosa: una comunidad orgullosa de su tradición artesanal, pero expuesta a un peligro constante. Los habitantes merecen heredar una forma de vida cultural segura, no vivir bajo la amenaza de nuevas explosiones. Para evitar que la pirotecnia se convierta nuevamente en sinónimo de luto, es urgente que las autoridades municipales lideradas por Sergio Luna Cortés asuman un rol activo en la prevención, que la SEDENA fortalezca sus acciones regulatorias, y que el Congreso avance con urgencia en una ley que proteja esta riqueza cultural sin arriesgar vidas.